Conoce a la religiosa que encontró la casa donde la Virgen vivió con Juan
Y descubre su singular conexión con Kansas City
Uno de los santuarios más sagrados de la cristiandad estuvo oculto y en
paradero desconocido durante siglos, hasta que lo descubrió en 1891 una
resuelta monja francesa.
Sor Marie de Mandat-Grancey (1837-1915) era una gran devota de la Santísima
Virgen María. Con el tiempo, su devoción la condujo a buscar el hogar de
María en Éfeso, en la Turquía de hoy en día.
La tradición nos cuenta que después de que un Jesús agonizante confiara a
María al apóstol Juan, ambos se establecieron en Éfeso un tiempo después de
la Resurrección. Allí vivieron durante varios años, hasta la Asunción de
María al paraíso.
El hogar donde vivió se perdió en la historia hasta que sor Marie lo
encontró, no sin esfuerzo, para preservarlo.
Marie se crio en una familia noble y entró en la comunidad de las Hijas de
la Caridad en 1857 (la misma comunidad que santa Catalina Labouré, que
recibió la Medalla Milagrosa).
Su primer destino fue un orfanato francés, donde cuidaba, junto a otras seis
hermanas, a 55 huérfanos.
Se convirtió en directora de la Asociación de los Hijos de María y
disfrutaba enseñando a los hijos a estar más unidos al Inmaculado Corazón de
María. “Sed como María”, les decía sor Marie.
Diez años más tarde, en 1870, durante la guerra franco-prusiana, fue
designada superiora en un orfanato a las afueras de París. Fue una época
caótica y peligrosa, pero en sus 16 años allí, sor Marie nunca falló a sus
huérfanos ni a sus hermanas. Construyó un segundo orfanato y usó sus propios
recursos familiares para cuidar de los niños y de sus hermanas.
Entonces, respondió a la llamada del papa León XIII para que misioneros
franceses ayudaran en Oriente Medio. En 1886, fue destinada a un hospital
francés en Smyrna (ahora Esmirna), en Turquía. El hospital estaba en
condiciones deplorables, y sor Marie usó de nuevo los fondos de su propia
familia para realizar mejoras para los pacientes y el personal, mientras que
ella vivía en la pobreza.
Durante su tiempo en este lugar, leyó a los escritos de la mística alemana
beata Ana Catalina Emmerich sobre la vida de la Virgen María y san Juan en
Éfeso. Los escritos de Emmerich se basaban en las visiones que había tenido
de la vida de María, incluyendo visiones de su casa.
Convencida de que este lugar sagrado debía ser encontrado y honrado, sor
Marie empezó una misión con este objetivo. Instó a dos sacerdotes amigos a
leer los escritos de la beata Ana y los tres juntos determinaron que la casa
habría existido a poca distancia del lugar donde, providencialmente, ellos
mismos estaban destinados.
La primera expedición de búsqueda para encontrar la casa de María tuvo lugar
en julio de 1891. El grupo, compuesto por los sacerdotes, sor Marie y unos
guías, fueron en burro y utilizaron el libro de revelaciones particulares de
la beata Ana como mapa. El 29 de julio, creyeron haber encontrado la casa.
Con la orientación de sor Marie, los arqueólogos identificaron las ruinas
del hogar del siglo I, con una iglesia del siglo IV construida sobre él.
El 21 de octubre de 1891, sor Marie recibió autorización para adquirir la
propiedad a su nombre. Pidió a su padre el dinero necesario para comprar no
solo la zona de la casa, sino toda la montaña donde se encontraba. La
propiedad fue adquirida el 15 de noviembre de 1892. A continuación, trabajó
sin descanso para restaurar la casa y convertirla en un lugar de
peregrinación.
Sor Marie permaneció en esta zona, atendiendo tanto a musulmanes como
cristianos, hasta su muerte.
Durante la restauración, encontraron tres piedras de la chimenea que se cree
fue construida por el apóstol. La piedra angular fue entregada a la capilla
de la familia Mandat-Grancey en Francia, como reconocimiento por la vida
santa de sor Marie.
La hermana Marie vivió una vida desinteresada, virtuosa, obediente y
caritativa. La causa de su beatificación se abrió el 21 de enero de 2011, en
la diócesis de Saint Joseph, en Kansas City, Misuri.
La causa empezó en Misuri, EE.UU., porque era imposible para la
archidiócesis de Esmirna, Turquía, hacer todo el trabajo necesario para la
causa, debido a su reducido personal, a sus pocos recursos y a amenazas
terroristas. Así que pidieron a la archidiócesis de Kansas City que
interviniera para ayudar.
Esto sucedió porque un miembro de la junta de la American Society of
Ephesus, que financia la casa de María en Éfeso, vivía en Kansas City.
También en la zona hay una comunidad de monjas benedictinas con devoción a
la Santa Virgen María de Éfeso.
El 13 de septiembre de 2014 —el cumpleaños de sor Marie—hubo una misa de
clausura en la catedral de la Inmaculada Concepción en Kansas City para
completar la fase diocesana de la investigación y enviar los resultados a la
Congregación para las Causas de los Santos en Roma.
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El papa León XIII animaba a hacer visitas al lugar, declarándolo un destino
de peregrinación. El 18 de agosto de 1961, el papa san Juan XXIII concedió
indulgencias plenarias para siempre sobre la casa de María.
Los papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI hicieron viajes al lugar,
y más de un millón de personas lo visitan cada año. Para los cristianos y
muchas otras personas del mundo, es un lugar sagrado digno de veneración.
Puedes hacer una visita virtual por la casa y aprender más sobre sor Marie y
el lugar sagrado en www.SisterMarie.com
“Desde aquí, desde Éfeso, ciudad bendecida por la presencia de María
santísima —que, como sabemos, es amada y venerada también por los
musulmanes—, elevamos al Señor una oración especial por la paz entre los
pueblos”. — Papa Benedicto XVI, Santa Misa en el Santuario de la Casa de
María, Homilía del Santo Padre, Éfeso (Turquía), 29 de noviembre de 2006.
La cadena de televisión estadounidense EWTN emitió una producción original,
The Journey of Sister Marie de Mandat Grancey, el 27 de abril de 2017 a las
6:30 p.m.